ERRORES QUE NO DEBES COMETER AL COMPRAR UNA CASA

No tener en cuenta que el pago de la hipoteca no debe superar el 30% de tus ingresos. Haz un presupuesto realista para saber qué casa te puedes permitir. Piensa en el presente y en el futuro y no fuerces demasiado.

No tener ahorros suficientes. Es básico poder tener para la entrada. Esto sería al menos el 20% del precio de la casa, justo la parte que no suele cubrir la hipoteca, y sumarle los gastos asociados a esta (aproximadamente el 10% adicional del valor de la vivienda).

Ignorar la ITE. Es importante conocer el resultado de la última ITE para valorar el estado de la finca, estructura, fachada o posibles derramas. Así te evitarás sorpresas desagradables.

Tener poca cultura financiera. Comprar una casa será quizá la inversión más importante y larga de tu vida y requiere cierta experiencia. Estar bien asesorado, si no se tienen los conocimientos básicos, es clave para acertar en las decisiones.

Dejarse llevar por el precio. ¡Es que es un chollo! Sí, el precio es importantísimo, pero también lo son el tamaño de la casa, las características de la zona y los alrededores. Acertarás más si todo te encaja como un puzzle.

Olvidarse de los gastos de la casa. Es común no informarse de lo que costará mensualmente pagar la luz, el gas o la comunidad o, incluso, de las pequeñas reformas o muebles que quizás se necesiten. Es decir el típico “bueno eso ya la iremos viendo”.

Y olvidarse de lo que cuesta tener una casa. Otro clásico que se deja de lado. Por ejemplo, impuestos como el IBI que, según la zona o el tamaño de tu casa, puede ser un buen desembolso anual.

Pasar por alto lo que supone cada decisión de la hipoteca. Por ejemplo que con una hipoteca variable tu cuota estará expuesta a las fluctuaciones del euríbor, que una fija te dará seguridad pero te compromete a pagar siempre lo mismo hasta el final, o que pedir un préstamo a muchos años hará que la cuota sea cómoda pero el precio final sea más alto.

Pensar que un aval es solo un trámite. Y es mucho más porque haces partícipe a un familiar, o a otras personas, de los posibles problemas que puedan surgir y que en la actualidad no imaginas.

Elegir sin comparar. Dejarse llevar por un impulso está bien, pero está mejor si antes comparas el precio de la vivienda con otras casas espejo. Es bueno saber también cómo está el mercado e informarse un poco de su posible tendencia.

Aceptar el precio sin negociar. No es fácil tener experiencia o sentirse cómodo en los procesos de negociación. No es un bazar, pero es fundamental hacer un esfuerzo, tener una idea del precio medio de la vivienda según la zona y tantear.

Pensarlo y repensarlo y perderlo. Este error es de los más comunes. Las dudas o la falta de confianza pueden hacerte perder oportunidades. Reflexionar antes de hacer una oferta o firmar un contrato de arras es fundamental, pero dándole vueltas y más vueltas lo único que se consigue es llegar tarde.

Desconocer de quién es realmente la casa. Cuidado con las viviendas que son una herencia o tienen varios titulares. Normalmente esto hace que el proceso vaya a paso de tortuga. Con la nota simple podrás conocer de quién es la vivienda y valorarlo y tenerlo en cuenta en tus planes y tu calendario.

Elegir un tipo de hipoteca sin haberte informado. Existen diferentes tipos de hipoteca porque no todos necesitamos o queremos lo mismo. Encuentra la que te conviene más: una hipoteca fija, variable o mixta. Si utilizas el comparador de hipotecas podrás verlas juntas y elegir la tuya con tus razones. ¡Lo vas a ver claro!

Comprar para alquilar y olvidarse de impuestos. Si inviertes en la compra una vivienda para alquilarla, recuerda que debes asumir algunos impuestos, declarar el pago del alquiler y toda la fiscalidad que ello supone. Tenlo en cuenta y descuenta.